Un encargo de Otto III
Evangeliario de Otón III, Reichenau, hacia el año 1000
En esta escena, Jesús desea transmitir a sus discípulos su legado espiritual, manifestando una actitud orientada al prójimo, la humildad. La espiritualidad de la escena en el círculo íntimo de los discípulos reunidos en torno a Jesús, aparece resaltada en el taller de Reichenau por medio del brillante fondo dorado abstracto de la “iluminación” y transforma la escena del momento en un acontecimiento de verdad y validez eterna.
Lo fascinante de la escena se refleja también en los ojos desmesuradamente abiertos de los presentes, un rasgo típico de los ilustradores de Reichenau, que caracteriza también a otros manuscritos de la época procedentes de esta escuela.