Miniatura de un códice áureo perteneciente a Carlomagno
Evangeliario de San Medardo de Soissons, escuela palatina de Carlomagno, principios del siglo IX
La imagen de la Fuente de la Vida en el Paraíso terrenal es de origen oriental y cobró ya especial importancia en el Antiguo Testamento, como manantial del que brota el agua de la vida, los cuatro ríos del Paraíso que fertilizan la tierra. Ésta se convirtió aproximadamente desde el siglo V en la alegoría de los Evangelistas, que transportan a los cuatro puntos cardinales el agua del Evangelio, de donde emana la vida. En el Bautismo cobra de nuevo importancia el símbolo de la Fuente de la Vida y del agua que la transmite.
El códice fue realizado poco después del año 800 en el ámbito de la llamada escuela palatina de Carlomagno, a la que pertenecían las escuelas monásticas y escritorios en los que se ponían en práctica las ideas de su reforma educativa.