Envíos a todo el mundo

La fundación Polonsky ha puesto a disposición del público general durante los últimos tres años una ingente cantidad de manuscritos digitalizados, procedentes de dos instituciones tan prestigiosas como la Biblioteca Apostólica Vaticana (BAV) y la Bodleian Library, de la Universidad de Oxford.

Se trata de un patrimonio extremadamente valioso, consistente en un millón y medio de folios, que ya no estará sólo al alcance de los estudiosos y bibliófilos que puedan trasladarse a Italia o Reino Unido. Sin ningún tipo de acreditación previa, todo el que quiera puede bucear entre los archivos de manuscritos de las dos bibliotecas con un solo click, bien sea para llevar a cabo un trabajo de investigación o por simple curiosidad.

Este proceso de digitalización cobra, si cabe, mucha más importancia si tenemos en cuenta el tipo de materiales que están siendo subidos a la red: manuscritos medievales de tres colecciones distintas, que por su valor y antigüedad no suelen poder contemplarse más que en exposiciones esporádicas.

La digitalización triunfa una vez más como una democratización cultural básica para el desarrollo de toda la humanidad, gracias a un proyecto en el que la Fundación Polonsky, presidida por un multimillonario británico de origen judío, ha aportado dos millones de libras esterlinas.

De hecho, una de las colecciones que forma parte del proyecto de digitalización está conformada por manuscritos hebreos. Ya desde principios del siglo XVII, según la propia web del proyecto, el estudioso Thomas Bodley (que dio nombre a la famosa biblioteca) se interesó por manuscritos en escritura hebrea. Desde aquella época y hasta la actualidad, la institución ha ido adquiriendo ejemplares procedentes de diversos puntos del mundo, destacando las adquisiciones masivas del siglo XIX.

No un número tan elevado de manuscritos hebreos, aunque sí de notable importancia, ha aportado la Biblioteca Vaticana a este proyecto. Por ejemplo, se podrá consultar online el que se cree que es el códice más antiguo escrito en lengua hebrea, además de volúmenes de la Edad Media que tratan todo tipo de disciplinas: comentarios de la Biblia, cábala, filosofía, medicina o astronomía.

Para el público español puede resultar de especial interés una parte de los manuscritos judíos que no están escritos en lengua hebrea, sino en español y portugués. Se trata de textos producidos en la Península Ibérica que se difundían de forma clandestina, tratando de evitar la censura de la Iglesia Católica, durante los siglos XVII y XVIII. Por culpa de esta persecución, era imposible que estos manuscritos fueran llevados a la imprenta y por eso circulaban por la península en este formato.

Opp. Add. 149 fol. 1r

Tal y como podemos ver en estos artículos ya digitalizados, estas obras no fueron demasiado ornamentadas, precisamente porque no estaban destinadas a mostrarse en público. Una excepción es sin duda el MS. Oppenheim Add. 4° 49Providencia de Dios con Israel, profusamente decorado y que trata de imitar a los tipos de impresión.

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Opp. Add. 4º 49

 

La segunda gran digitalización presente en este proyecto es la colección de manuscritos griegos. Desde Oxford se ha digitalizado una importante cantidad de códices escritos en este tipo de caracteres, muchos de los cuales llegaron a la biblioteca desde Italia. Allí, escribas italianos recompusieron las obras de autores clásicos griegos. Ya en el siglo XVII, la Bodleian Library recogía la mayor colección de manuscritos griegos del Reino Unido.

Por su parte, la Vaticana cuenta con 5000 ejemplares de este tipo, que impresionan por la calidad en su conservación y por su belleza. En sus repositorios se guardan obras de Homero, Sófocles, Platón e Hipócrates, así como manuscritos del Nuevo Testamento y de los Padres de la Iglesia. No hace falta añadir nada más, pues sólo citar a los autores basta para reconocer el inmenso valor de estas obras.

En último lugar encontramos una sección dedicada a los incunables de ambas bibliotecas, o primeros libros impresos de la Historia, producidos antes de 1501. La mayoría de los incunables fueron producidos en Alemania e Italia, y en latín; pero en esta digitalización se han rescatado también volúmenes impresos en hebreo, griego y (lo que supone una rareza) lenguas vernáculas.

Las copias de la Biblia de Gutenberg, tanto de la Bodleian Library como de la BAV, han sido digitalizadas en este proyecto, para que los lectores puedan comparar sus respectivas decoraciones y encontrar diferencias geográficas.

Pero como es lógico, aunque desafortunadamente, algunos códices no han podido ser digitalizados. Sólo aquellos que los conservadores han considerado que eran lo suficientemente robustos como para soportar su transporte y su manejo en los estudios fotográficos han sido seleccionados. Además, la selección se ha basado en criterios de contenido, dando prioridad a aquellos que académicamente se consideraron de mayor calidad.

Pueden consultar y apreciar los detalles de todos los manuscritos digitalizados en la web del Proyecto Polonsky.

Imágenes: Polonsky Foundation Digitization Project.

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