No es difícil llegar a Urueña, la única localidad española que es considerada Villa de Libros. Se trata de un bonito pueblo de raíces medievales ubicado en la región de Tierra de Campos, en la provincia de Valladolid. Urueña recibió esta distinción por su labor en el fomento de la cultura a través de sus numerosos museos y librerías, que hacen las delicias de todos los bibliófilos que deciden visitarla.
¿Qué es una ‘Villa del Libro’?
Todo comenzó en un pueblecito de Gales llamado Hay-on-Wye, donde, en 1961, el académico Richard Booth comenzó a rehabilitar edificios abandonados convirtiéndolos en librerías de segunda mano. La iniciativa tuvo tanto éxito que más habitantes del lugar se animaron a seguir sus pasos, abriendo otros establecimientos.
Los admiradores de Booth aparecieron en otros puntos de Europa: Redu (Bélgica), Bécherel y Montolieu en Francia… El concepto se extendió hasta los países nórdicos con un éxito asombroso. Finalmente, para otorgar a esta idea un carácter oficial, se fundó la ‘Red Europea de Villas del Libro’, financiada por la Unión Europea. Y desde el año 2000 hasta hoy, la red ha celebrado festivales internacionales que han concentrado a libreros de todo el mundo.
Hace 10 años, en 2007, Urueña fue nombrada como el primer miembro español de esta organización internacional de Villas del Libro. Gracias a ello, la economía de la zona ha dado un vuelco completamente positivo y se ha convertido en todo un ejemplo de sostenibilidad del medio rural.
¿Qué podemos encontrar en esta Villa de Libros?
Los visitantes que paseen por las calles de Urueña no van a poder decidir en qué librería entrar, puesto que cuenta con nada menos que once comercios de este tipo. Sin embargo, cada una se especializa en un tema concreto, por lo que un primer vistazo nos ayudará a decidirnos según nuestros gustos.
Quizás queramos pasarnos por ‘Alcaraván’, una librería especializada en arquitectura, arte, etnografía, costumbres, naturaleza, viaje… La gama de libros que nos ofrece es muy variada, con cada pieza más atrayente que la anterior.
¿Y para los coleccionistas? Urueña tiene una oferta muy amplia de librerías de viejo y curiosidades descatalogadas: sólo necesitamos entrar en ‘Páramo’, ‘Más libros & libros’, ‘La bodega literaria’ o ‘El rincón del Ábrego’. En ellas vamos a disfrutar tanto de antigüedades como de ediciones de segunda mano más económicas.
Tal vez llegue un visitante que, además de bibliófilo, sea cinéfilo. Pues bien: ‘El Grifilm’ es su destino. Esta librería está especializada en adaptaciones, guiones, técnica, teoría o ensayo sobre cine. Pero también nos ofrece libros de otras artes: teatro, poesía o música llenan sus estanterías.
‘La Boutique del Cuento’ alberga fanzines y pop-art (libros tridimensionales) para los que busquen la novedad; y también es muy recomendable para este tipo de público la librería que lleva el curioso nombre de ‘Efímeros Pluscuam(im)perfectos’.
No sólo librerías
El éxito de Urueña como destino de turismo de interior no se debe solamente a sus librerías. También realiza numerosas actividades relacionadas con los libros a lo largo del año, que atraen a cientos de turistas nacionales y extranjeros.
Para los que siempre han rendido culto al libro como objeto, el pueblo cuenta con un taller de encuadernación artesanal donde aprender esta técnica.
Otra iniciativa que ha aportado modernidad y dinamismo a la villa medieval es ‘TF Media’, una empresa dedicada al diseño y a la impresión de libros. Combina la labor editorial con las artes gráficas y es un punto de encuentro entre las dos disciplinas.
La oferta cultural de Urueña es infinita: si nos queda tiempo después de conocer sus librerías, merece la pena visitar sus museos. El más innovador es el llamado ‘e-Lea Miguel Delibes’, un espacio que reúne un área expositiva con otra pedágogica y una tercera de documentación e investigación.
Y si buscamos algo más entrañable, acerquémonos al ‘Museo del Cuento’, donde podremos contemplar bellas ediciones de la época victoriana de los cuentos tradicionales.
Hacen falta, sin duda, más pueblos como Urueña a lo largo y ancho de nuestra geografía, donde el turismo se conciba como una oportunidad para seguir creciendo intelectualmente.