Llegan buenas noticias para los amantes de los manuscritos. Por primera vez en la historia, el departamento de manuscritos de la Biblioteca Nacional de Francia (Bnf), con la colaboración del Instituto de Textos modernos de la Universidad de Grenoble, ha puesto a disposición del gran público la reproducción facsímil de un cuaderno de notas de Marcel Proust. Considerado uno de los cúlmenes de la literatura moderna francesa, Proust nos dejó en esta agenda manuscrita algo más que simples anotaciones cotidianas: la clave para entender su obra más famosa, En busca del tiempo perdido.
Ade
más de los folios digitalizados, en los que podemos apreciar la caligrafía del autor, el proyecto incluye una transcripción literal en paralelo, así como notas críticas realizadas por expertos en el artista (todo ello en francés). De este modo, los admiradores de Marcel Proust podrán sumergirse aún más en la vida del escritor, que ya volcaba de por sí todos sus pensamientos de forma bella y precisa en sus novelas.
El contenido que encontramos en sus anotaciones es muy variado y entre las palabras que apuntaba reconocemos elementos que más tarde utilizaría para componer su obra maestra. Destacan sobre todo los nombres de personas que Proust conoció a lo largo de su vida y que después encajó con maestría en los más de 200 personajes que aparecen en En busca del tiempo perdido. Incluso el narrador del libro es el alter-ego de Proust. Y es que, si hay un autor cuya obra podamos considerar plenamente autobiográfica, ése era Marcel Proust, que un siglo después sigue ayudándonos a comprender los entresijos de la sociedad francesa de la época y de un estamento noble en decadencia.
La libreta es así mucho más que un objeto, y
a que es testigo directo de la creación de ese micro-universo que Proust captó y plasmó con tanta sensibilidad en sus obras. Nacido en Francia en 1871, fue un niño frágil y enfermizo que creció en una familia de gran cultura y rodeado de todos los cuidados posibles. Su verdadera vocación fueron siempre la filosofía y las letras, a las que aportó su contribución de forma ya póstuma, puesto que sus problemas de respiración acabaron con su vida en 1922. El amor, el arte, los distintos grupos sociales en los que el autor se integraba y sobre todo, el tiempo y la memoria, fueron sus grandes obsesiones. Viendo la importancia que Proust otorgaba a sus recuerdos, no es difícil imaginar el gran valor que este cuaderno de notas personal tendría para él.
Este manuscrito no se ha presentado, en su digitalización, según su sucesión material, sino que sus páginas se organizan en torno a varios ejes temporales en los que el autor hizo sus anotaciones: la primavera, el verano y el otoño de 1909; la primavera y el verano de 1913 y por último, algunas hojas de datación incierta.
Las explicaciones de la edición crítica son cuantiosas a la vez que fascinantes. Más que como mensaje, actúan como mensajero entre el manuscrito y su lector, ya que ofrecen una serie de fuentes y recursos para que, a través de enlaces, el lector pueda indagar en los detalles de la obra. Estos links, que se suceden a lo largo de las notas, nos llevan a Gallica (el portal de libros digitalizados de los fondos de la propia biblioteca) o a otras webs externas donde encontrar más información acerca de un personaje o un lugar. La interacción es de vital importancia cuando nos enfrentamos a una obra de tal densidad. Con este mismo propósito, el proyecto cuenta también con fotografías que no sólo adornan sino que informan: mapas, retratos de personajes que el autor cita en su agenda y escenas capturadas en el París de principios del siglo XX, que nos transportan al entorno inmediato de Proust como documentos de incalculable valor.
Esta pieza está disponible para descargar en la web de la BnF en varios formatos, entre ellos PDF y EPub. Con la que ya es la primera edición electrónica de completa de un manuscrito autógrafo de Marcel Proust, la Biblioteca Nacional de Francia vuelve a mostrar su prestigio al ensalzar a uno de sus autores más universales; así como un gran esfuerzo por la democratización cultural que supone que, con un solo click, todos los bibliófilos y coleccionistas que deseen conocer algo más sobre este autor pueda hacerlo, a través de un objeto tan personal como su agenda.
* Todas los derechos de las imágenes utilizadas en esta entrada pertenecen a la Biblioteca Nacional de Francia.
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